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Renta Ciudadana: el nuevo pilar de la política social en Colombia
Renta Ciudadana entra en operación nacional en 2025, buscando avanzar en la movilidad social y mitigar pobreza extrema mediante transferencias condicionadas.
Jueves, Septiembre 25, 2025
Colombia lanza en 2024–2025 el programa Renta Ciudadana, a cargo de Prosperidad Social, con el objetivo de convertirse en el eje central del sistema de transferencias sociales para hogares en situación de pobreza extrema o vulnerabilidad.
Qué es Renta Ciudadana y quiénes la recibirán
Renta Ciudadana es una política que combina transferencias monetarias condicionadas y no condicionadas con corresponsabilidades sociales en salud, educación, cuidado y participación, para impulsar la superación de la pobreza y fomentar la movilidad social.
Se implementa mediante varias líneas de intervención:
Valoración del Cuidado: prioriza hogares con niños menores de 6 años o personas con discapacidad que requieren cuidado.
Colombia sin Hambre: enfocado en hogares del grupo A del Sisbén IV con niños y adolescentes.
Fortalecimiento de Capacidades: para hogares en pobreza moderada que cumplan metas de desarrollo.
Atención de Emergencias: transferencias no condicionadas en escenarios calamitosos.
Los hogares beneficiarios deben cumplir requisitos como estar en los grupos del Sisbén IV, estar matriculados en salud, educación y otros criterios de focalización.
Montos, frecuencia y ciclos operativos
En la Línea Valoración del Cuidado, los beneficiarios reciben COP 500.000 cada 45 días.
En “Colombia sin Hambre”, el monto dependerá de la conformación del hogar, con topes similares.
En la línea de Fortalecimiento de Capacidades, se otorgan bonos anuales de COP 500.000 a 1.000.000 por cumplimiento de logros sociales.
En 2025, los ciclos de transferencia ya están activos, con verificaciones de corresponsabilidades para mantener el subsidio.
Por ejemplo, en el cuarto ciclo de 2025, se beneficiarán 774.823 hogares con una inversión de COP 260.680 millones.
Desafíos en cumplimiento y focalización
Aunque el programa cuenta con diseño ambicioso, enfrenta retos prácticos:
Verificación de corresponsabilidades: en los ciclos condicionados (2, 4, 6) los hogares deben demostrar cumplimiento de condiciones en salud y educación.
Acta de compromiso: más de 55.874 hogares faltan por firmar el acta de corresponsabilidad antes del 27 de julio de 2025, un requisito para no quedar suspendidos.
Riesgo de fraude o estafas: Prosperidad Social ha alertado sobre modalidades falsas de cobro, reuniones presenciales inexistentes o solicitudes de dinero para acceder al subsidio.
Sostenibilidad fiscal: la expansión del programa exige asignaciones presupuestales constantes y controles para evitar errores de focalización o filtraciones indebidas.
Impactos esperados y críticas
El diseño busca que Renta Ciudadana no solo funcione como alivio inmediato, sino que sea una palanca estructural de movilidad social. Los objetivos esperados incluyen:
Disminuir la pobreza extrema al garantizar un piso mínimo de ingreso en los hogares más vulnerables.
Fomentar capacidades humanas a largo plazo mediante condiciones de salud, educación y cuidado.
Integrar comunidades indígenas y territorios con barreras especiales, adaptando criterios y mecanismos.
No obstante, hay críticas sobre el riesgo de que las transferencias condicionadas generen dependencia o incentiven tramos rígidos. Algunos analistas advierten que, para tener un efecto estructural real, debe complementarse con políticas de empleo, acceso al crédito y desarrollo territorial.
En términos de debates internacionales, el concepto de renta básica universal (o ingreso ciudadano) propone transferencias incondicionales a todos los ciudadanos, sin condiciones ni filtros. Esa visión es distinta a la “renta ciudadana” colombiana, que combina condicionalidades y focalización.
Próximos hitos y vigilancia social
En el corto plazo, el programa ingresará en más territorios y continuará los ciclos de pagos y verificaciones.
Será crucial monitorear la evaluación de resultados, su impacto real en pobreza y movilidad social, y la eficiencia en la gestión del subsidio.
La transparencia y rendición de cuentas serán esenciales para evitar filtraciones o corrupción, más aún ante los casos de estafa denunciados.
En el mediano plazo, dependerá de si el programa se articula con otras políticas de empleo, infraestructura y desarrollo territorial para que Renta Ciudadana no sea solo un parcho, sino un mecanismo de cambio estructural.
Fechas confirmadas para los próximos pagos del programa Renta Ciudadana y Devolución del IVA:
El cuarto ciclo de pagos estará disponible del 25 de septiembre al 13 de octubre de 2025.
En el tercer ciclo, los pagos se realizaron entre el 6 y el 21 de agosto de 2025.