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Descansar también es productividad: expertos alertan en 2025

El psicólogo Carlos Caudet advierte que no hacer nada es esencial para regenerar el cuerpo, fortalecer el sistema inmune y prevenir enfermedades.
Lunes, Agosto 18, 2025

En un mundo que premia la ocupación constante, descansar se ha convertido en un acto subestimado. Sin embargo, “no hacer nada también es en sí hacer algo: permitirse descansar, parar y cuidarse”, afirma Carlos Caudet, profesor de Psicología de la Universidad Europea, quien alerta sobre los riesgos de ignorar las pausas en la vida laboral y personal.

Impacto directo en el sistema inmune

Uno de los efectos más graves del estrés crónico es la inmunosupresión. Según Caudet, “el sueño adecuado y la reducción del estrés aumentan la producción de células asesinas naturales (natural killers) que combaten infecciones y células tumorales”. De esta manera, el descanso adecuado contribuye a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y neurodegenerativas.

Además, durante el sueño profundo se activa el sistema nervioso parasimpático, encargado de reparar y regenerar las células mediante procesos como la neurogénesis y la autofagia. A nivel emocional, se liberan serotonina y dopamina, neurotransmisores clave para la motivación y la salud mental.

El valor del aburrimiento y las pausas

Incluso los momentos de aparente “inactividad” tienen beneficios. “El aburrimiento es un espacio fértil para la creatividad, la autorreflexión y la reorganización emocional”, señala Caudet. En esos lapsos, el cerebro activa redes neuronales vinculadas a la introspección y la planificación futura.

Para las vacaciones, el experto advierte sobre la trampa de la sobreplanificación: muchas personas regresan más cansadas por intentar aprovechar cada minuto. “Preguntarse honestamente si lo que estamos haciendo nos recarga o nos agota es un buen punto de partida”, recomienda.

Pausas más allá de las vacaciones

El llamado de Caudet es claro: el descanso no debe limitarse a los periodos de vacaciones. “Si aprendemos a incorporar pausas reales durante la jornada laboral o académica, seremos más eficientes, más creativos y estaremos mejor emocionalmente”, concluye.

Este recordatorio adquiere relevancia en 2025, en un contexto donde el bienestar mental y físico se consolidan como ejes estratégicos tanto en la vida personal como en las políticas corporativas.