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Mujeres rurales: claves invisibles del agro en América Latina y el Caribe

Las mujeres son el 36 % de la fuerza laboral en sistemas agroalimentarios, pero enfrentan barreras estructurales, según la FAO.
Miércoles, Mayo 21, 2025

Aunque sostienen gran parte de los sistemas agroalimentarios en América Latina y el Caribe, las mujeres siguen excluidas de los recursos, decisiones y derechos. Así lo revela el nuevo informe de la FAO, que urge a transformar las políticas agrarias desde una perspectiva de género.

Según el estudio La situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios, presentado desde Santiago de Chile, las mujeres representan el 36 % de la fuerza laboral agroalimentaria en la región, y el 71 % de ellas se desempeña en áreas no agrícolas como procesamiento de alimentos, comercialización y ventas. Sin embargo, solo el 26 % de las políticas agrarias analizadas en 15 países incluyen la igualdad de género como objetivo explícito.

El agro tiene rostro de mujer, pero no reconocimiento

El informe de la FAO advierte que, pese a los avances en la participación femenina en el sector agrícola, persisten brechas estructurales en el acceso a tierra, agua, financiamiento, servicios técnicos y participación en decisiones. También se destaca que las mujeres tienen menor probabilidad de trabajar a tiempo completo, lo que sugiere empleos más precarios y temporales.

"La evidencia que hoy compartimos debe ser un insumo clave para la toma de decisiones. Necesitamos políticas públicas transformadoras", señaló Maya Takagi, Líder de Programa Regional de la FAO, durante el lanzamiento del informe.

Colombia: entre los avances y la precarización

El documento pone especial atención en casos como el de Colombia, donde las mujeres constituyen al menos el 50 % de la fuerza laboral en horticultura y fruticultura, y alcanzan el 65 % en tareas de producción y empaque en la industria floricultora. Sin embargo, gran parte de esos empleos son poco cualificados y responden a estereotipos sobre su “meticulosidad” o “destreza”.

Además, la violencia de género y el conflicto armado han tenido efectos diferenciados sobre las mujeres rurales en Colombia. Estudios citados en el informe muestran que los conflictos armados aumentaron el desempleo femenino entre 3,9 y 4,3 puntos porcentuales entre 1994 y 2014, con afectaciones que incluyen reclutamiento forzado, aborto forzado, control reproductivo, trata y violencia sexual.

Brechas en normas sociales y resiliencia

El informe también visibiliza el peso de normas sociales discriminatorias. En países como Colombia, Brasil, México o Perú, hay un mayor respaldo a ideas como que los niños sufren si las mujeres trabajan, lo que refleja obstáculos culturales aún vigentes. 

Además, las mujeres sufren más hambre que los hombres en la región, con una brecha de inseguridad alimentaria que en 2022 alcanzó los 9,1 puntos porcentuales.

Recomendaciones de la FAO: transformar desde la raíz

La FAO propone una agenda de cambios estructurales para cerrar las brechas de género en el agro:

  • Reformas legales para garantizar propiedad conjunta de la tierra.

  • Políticas e inversiones con enfoques de género transformadores.

  • Acceso igualitario a tecnologías, capacitación y servicios financieros.

  • Fortalecimiento de organizaciones de mujeres rurales para mejorar su poder de negociación y resiliencia ante crisis.

América Latina y el Caribe es, según el informe, la única región del mundo donde ha crecido la participación de las mujeres en la agricultura en las últimas dos décadas. Aun así, ese avance no se ha traducido en mayor acceso a recursos o representatividad política.

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