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Offshore energy pierde impulso en Colombia por falta de hallazgos
Las inversiones offshore caen ante hallazgos limitados y regulaciones más estrictas, lo que impulsa la migración de capital hacia Perú y el Caribe.
Domingo, Agosto 10, 2025
La industria de offshore energy en Colombia atraviesa un momento de enfriamiento, con la salida o reducción de operaciones de grandes multinacionales como Shell y Chevron, tras resultados exploratorios poco prometedores. A esto se suma un endurecimiento del marco regulatorio y ambiental que, según analistas, está desplazando inversiones hacia otros mercados de la región como Perú, Guyana y el Caribe. Este escenario podría comprometer la autosuficiencia energética del país en la próxima década.
Offshore energy en Colombia: menos hallazgos y más trabas regulatorias
En los últimos cinco años, el gobierno colombiano había apostado a los proyectos costa afuera como una vía para diversificar la matriz energética y garantizar reservas de gas y petróleo a largo plazo. Sin embargo, las perforaciones exploratorias han arrojado resultados modestos en términos de volúmenes comerciales viables. Ejemplos como el bloque Tayrona, operado por Petrobras y Ecopetrol, no han cumplido las expectativas iniciales y enfrentan demoras que postergan cualquier producción significativa más allá de 2030.
A este panorama se suma la mayor exigencia en licencias ambientales y normas técnicas, que si bien buscan proteger los ecosistemas marinos, han elevado los costos y tiempos de aprobación de nuevos proyectos. Según la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP), la incertidumbre regulatoria resta competitividad frente a países vecinos que ofrecen marcos legales más claros y estables para la inversión offshore. “El capital se va donde las reglas del juego son más previsibles y donde los proyectos pueden monetizarse más rápido”, afirmó un representante gremial.
Impacto energético y proyección regional
La desaceleración de la exploración costa afuera tiene implicaciones estratégicas para Colombia. Con reservas de gas que cubren menos de ocho años de consumo y una dependencia creciente de la generación térmica, la falta de nuevos hallazgos compromete la seguridad energética y puede derivar en mayores importaciones, encareciendo la energía para industrias y hogares.
En el plano regional, países como Perú y Guyana están capitalizando la salida de capital de Colombia. Guyana, en particular, ha logrado acuerdos millonarios con ExxonMobil y Hess, mientras que Perú refuerza su portafolio con licitaciones competitivas y menores barreras regulatorias. Para evitar quedar rezagado, Colombia necesitará definir una estrategia que combine exploración responsable con incentivos atractivos para mantener el interés de los inversionistas internacionales.