Carta al CEO

Los “cacaos” de Petro

Ante la caída en la confianza inversionista, el presidente Petro ha convocado una reunión con los principales magnates del país; una estrategia que, aunque criticada por muchos, podría tejer puentes con la industria.
Martes, Noviembre 21, 2023

Por: Pablo Morales Mosquera; editor de Revista C-Level.

La reunión convocada por el presidente Gustavo Petro con los principales magnates de la industria colombiana, en medio de una acelerada caída en la confianza inversionista, es una muestra oportuna de liderazgo, aún cuando es vista con escepticismo por algunos sectores políticos.

El dramático descenso de 8.3 pps en la confianza comercial entre septiembre de 2022 y 2023, tal como lo reporta Fedesarrollo, es una señal indiscutible de que el nerviosismo entre los inversionistas y empresarios se está convirtiendo en una barrera para la economía.

La abrupta caída en la calificación de la situación económica, de un 60% a un 31.6% dentro del mismo lapso, insinúa una perspectiva de mercado difícil o quizás paralizante para los esfuerzos de crecimiento económico propuestos por el Gobierno. Esta ansiedad no es infundada. Los números no mienten y, en su lenguaje universal, indican un problema.

Ante este panorama, la reunión de Petro con los líderes de la industria parece una estrategia lógica para proponer seguridades y buscar soluciones frente a esta inquietante situación. La asistencia de personalidades como Carlos Julio Ardila, Alejandro Santo Domingo, Carlos Alejandro Dávila, entre otros, sugiere que estas figuras dominantes del sector industrial están dispuestas a escuchar y posiblemente a cooperar.

Ciertamente existen críticas, principalmente políticas, hacia esta reunión. El expresidente Iván Duque ha cuestionado la consistencia en el enfoque gubernamental, pero vale la pena considerar que, un camino es confrontar a los empresarios como "los causantes de todos los males" y otro muy distinto es reconocer la realidad económica y buscar mecanismos de mejora en conjunto y de parte a parte. ¿No es acaso mejor construir puentes que crear muros divisorios?

Este esfuerzo por abrir un diálogo directo con el "motor" de la economía otorga una oportunidad para una mejor comprensión mutua, y si acaso, un renovado compromiso para continuar impulsando la economía y enfrentar los desafíos que se avecinan, superando así el actual sentimiento de desconfianza en la actual administración pública.

Si hay algo que la historia ha demostrado es que la colaboración puede abrir caminos donde antes sólo existían barreras. Esta reunión puede ser el inicio de una mejor relación y colaboración entre el Gobierno y el sector empresarial. Es una estrategia que, en el contexto actual, parece no sólo razonable, sino necesaria.

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El barómetro de la economía y la necesidad de diálogo para la reactivación:

Los vaivenes de la economía pueden constituir uno de los principales barómetros de un país, y los números actuales de Colombia están dictando un sentimiento tenso y helado. La caída de la confianza inversionista, en combinación con la decreciente percepción de la situación económica y la inesperada contracción económica de 0,3% en el tercer trimestre, tiene a los inversores y empresarios en terreno inestable.

Voces destacadas de gremios como Andi, Fenalco y Camacol no han ocultado su preocupación. El descenso de la inversión en un 11%, sumado a factores como la reducción de la demanda, las altas tasas de interés y los elevados costos de producción, avivan la alerta. Los números parecen estar en caída libre: Comercio retrocedió 2,9%, transporte 3,9% y el sector de alojamiento y servicios de comida, un alarmante 4,5%.

Ante dicho panorama, estos gremios hacen un llamado al Gobierno para que se implemente un plan de reactivación enfocado en industria, comercio y construcción. El pedido es lógico, dado que estos sectores representan grandes generadores de empleo y aportantes al PIB nacional. De acuerdo con la información de Coordenada Urbana, en este 2023 se dejaron de vender 97.000 viviendas nuevas, de las cuales 77.000 eran viviendas de interés social (VIS), una cifra que refleja el letargo que sufre el sector construcción.

La reunión convocada por el presidente Gustavo Petro con los líderes empresariales es precisamente el tipo de acción proactiva que Fenalco pide cuando solicita al Gobierno Nacional a convocar al sector privado para construir un plan de choque que mitigue una posible recesión económica.

Este es el matiz que los críticos políticos de la reunión deberían considerar. Si bien el expresidente Iván Duque y otros han tildado de inconsistente al enfoque gubernamental e incluso han criticado la retórica previa del gobierno hacia los empresarios, se olvidan que el diálogo abierto es una forma válida y necesaria de afrontar estas situaciones.

Esta reunión no debería ser vista como un condicionamiento o una exigencia unilateral, sino como una oportunidad para un acuerdo que beneficie al país. En última instancia, todos, el Gobierno, los empresarios y los ciudadanos, tenemos un interés común: una economía fuerte y saludable. Es entonces tarea de todos construir un camino hacia ella. Si los puentes entre el gobierno y la industria pueden ayudar en este sentido, deberían ser bienvenidos, no criticados.

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Pero…¿Quienes son los “grandes cacaos” que están detrás?

Los empresarios invitados incluyen a Carlos Julio Ardila (Postobón), Alejandro Santo Domingo y Carlos Alejandro Dávila (Grupo Valorem), Harold Eder (Ingenio Manuelita), César Caicedo (Colombina), Pedro Carvajal (Carvajal) y Carlos Enrique Cavelier (Alquería). Los miembros de la familia Gilinski estarán ausentes.

Carlos Julio Ardila, figura instrumental en Postobón, legó a su hijo Carlos Ardila Lülle, una empresa que hasta el día de su fallecimiento en 2021, ha sido reconocida como líder en el sector de bebidas del país.

Por otro lado, Alejandro Santo Domingo y Carlos Alejandro Dávila dirigen el Grupo Valorem, un conglomerado de empresas que abarca varias industrias, desde la prensa hasta el entretenimiento y la minería. Esta diversidad les ha permitido mantener su solidez económica, a pesar de las condiciones desfavorables.

En cuanto a Harold Eder, su liderazgo en Ingenio Manuelita ha sido de gran importancia para su éxito en la producción de productos derivados de la caña de azúcar. Esta empresa ha sabido adaptarse y evolucionar en la industria del azúcar, demostrando la importancia de la innovación para mantener la viabilidad de un negocio.

César Caicedo, director de Colombina, ha liderado una empresa que es uno de los productores de dulces más importantes del país. Además, es un ejemplo firme de cómo las empresas pueden contribuir a la inclusión y al desarrollo social, con programas como "Dulces Momentos" que apoya a niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad.

La cabeza de Carvajal, Pedro Carvajal, ha dirigido la empresa familiar que opera en diversos sectores, desde empaques hasta educación y tecnología. La estrategia de diversificación de Carvajal ha facilitado la resistencia de la empresa a los shocks económicos y su crecimiento constante.

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Finalmente, Carlos Enrique Cavelier de Alquería, bajo su dirección, la empresa ha crecido significativamente en el sector lácteo y ha demostrado un compromiso constante con el medio ambiente y la sociedad, especialmente en términos de nutrición infantil.

Por lo tanto, estos empresarios, con su liderazgo y visión, han demostrado que a pesar de las circunstancias económicas adversas, es posible construir y mantener negocios prósperos.