João Fonseca y la virtud de tomar decisiones
Si tomar decisiones fuese fácil, no serían precisamente decisiones. Por definición, y por su esencia misma, el decidir implica renunciar y, por eso, su nivel de dificultad. El líder se diferencia del jefe, muchas veces y precisamente, por esa capacidad “simple” de decidir. ¿Se nace con la virtud de tomar decisiones? ¿Se desarrolla durante la etapa de formación? ¿Existe alguna práctica reiterada que permita decidir de forma más eficiente?