Es hora de renovar profundamente la democracia como la conocemos
Desde mi mayoría de edad, hace ya 26 años, he sido testigo y participante de varias elecciones en Colombia, abarcando presidenciales, congresuales y municipales. Con el transcurso del tiempo, mi sensación de representación ha disminuido ante la evidencia de un sistema que favorece la continuidad de dinastías políticas y la elección de representantes con conocimientos limitados en áreas críticas para el desarrollo y bienestar del país.